Tras la detención del general Salvador Cienfuegos surgen (una vez más) preguntas respecto al papel de la Drug Enforcement Administration (DEA) en México y su relación con las autoridades mexicanas. Este texto busca responder algunas de las cuestiones alrededor de la presencia de la DEA en el país, el elefante en la habitación en todas las discusiones sobre la relación con los Estados Unidos en clave seguridad.1
La DEA es una agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos encargada de investigar delitos de orden federal relacionados con la producción, transporte y consumo de drogas.2 Su personal es de unos 10 000 funcionarios, de los cuales más o menos la mitad (4 924) son agentes antinarcóticos.3 A pesar de concentrar casi todos sus recursos en acciones policiacas en Estados Unidos, la DEA mantiene unos 500 agentes antinarcóticos distribuidos en 91 oficinas en 68 países. Ninguna otra agencia civil estadunidense, con la posible excepción de la CIA, asigna tantos recursos humanos y económicos a tareas no domésticas.
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