The Vertical Border (documental)
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Millones de personas en todo el mundo están siendo desarraigadas de sus hogares y comunidades. Los centroamericanos huyen de la precariedad económica, el desastre climático, así como de la violencia estatal y criminal. La mayoría se dirige hacia México y Estados Unidos en busca de una vida digna.
El documental The Vertical Border (México, 2022) analiza lo que sucede cuando los migrantes forzados exigen dignidad y derechos. ¿Cómo externaliza Estados Unidos sus fronteras para evitar que migrantes desesperados lleguen a su territorio? ¿Cómo enfrenta México las presiones de ser un estado tapón donde las poblaciones desplazadas están atrapadas en un limbo inhóspito?
Sinópsis
La inseguridad alimentaria, los efectos del cambio climático, la corrupción gubernamental y la violencia estatal y criminal hacen que millones de personas salgan de sus hogares. Centroamérica, un pequeño territorio al sur de México, no es una excepción a estas tendencias. La región surgió de guerras civiles patrocinadas por Estados Unidos, pero no ha encontrado paz. Hoy en día, los guatemaltecos, salvadoreños y hondureños perciben que su vida y sus medios de subsistencia están bajo amenaza. Muchos se sienten obligados a buscar refugio y seguridad en México o Estados Unidos. Sus derechos están bajo asalto en sus países, pero no cuentan con opciones legales de migración; los centroamericanos no tienen otra opción que cruzar las fronteras irregularmente con la esperanza de obtener asilo o una estancia temporal en el extranjero.
En México se libra una guerra contra las drogas. El gobierno ha desplegado a las Fuerzas Armadas para combatir a los grupos criminales que trafican drogas hacia los Estados Unidos. Desde 2006, el país es escenario de brutales enfrentamientos entre cárteles rivales y las fuerzas de seguridad. La estrategia militarizada está detrás de una escalada sin precedentes de homicidios y desapariciones. Los migrantes forzados viajan clandestinamente por los corredores de tráfico de drogas de México para evadir los puestos de control. A lo largo de estas rutas, los migrantes son presa fácil. Los grupos criminales los atacan a menudo en colusión con agentes migratorios y policías corruptos. Algunas víctimas son secuestradas para fines de extorsión, otras son asesinadas o desaparecen. La crisis de derechos humanos en México ha sido ampliamente documentada, pero el Estado se mantiene al margen mientras la violencia cobra su precio.
Durante mucho tiempo los centroamericanos pasaron por México con la intención de llegar a Estados Unidos. Es allí donde tienen familiares y abundan las oportunidades. Las restrictivas políticas fronterizas de Estados Unidos, endurecidas aún más por la administración Trump y revividas por el presidente Biden, hacen que el cruce sea cada vez más difícil. El sistema de asilo de México, con carencias crónicas de fondos y de personal, está abrumado por las solicitudes. El proceso de asilo es prolongado e incierto. Los centroamericanos se enfrentan a la discriminación y las actitudes xenófobas mientras luchan por sobrevivir. Muchos nunca logran solicitar asilo, ya que las autoridades rutinariamente aceleran la deportación de migrantes irregulares. Presionado por su vecino del norte para evitar que extranjeros no autorizados lleguen a territorio estadounidense, México ha creado un vasto aparato de aplicación de la ley para impedir su tránsito. Las estrategias militarizadas de drogas y migración forman una línea de contención que se extiende a lo largo del territorio mexicano.