Nuevos liderazgos juveniles: Lecciones aprendidas en contextos de violencia urbana en Medellín y Ciudad de México

Nuevos liderazgos juveniles: Lecciones aprendidas en contextos de violencia

urbana en Medellín y Ciudad de México

Contexto

En los años 80, Medellín es una ciudad sitiada por toques de queda, limpieza social, violencia estructural, fronteras invisibles, entre otros. Se superpusieron diferentes formas de violencia ejecutadas por bandas delincuenciales, milicias urbanas, actores estatales, narcotraficantes, grupos paramilitares, y alianzas entre ellos. La juventud estaba en riesgo, contaba con pocas alternativas y era estigmatizada por la sociedad. Paralelo a ello, se da un fuerte movimiento social, cultural, religioso, comunitario y de defensa de los Derechos Humanos. El narcotráfico se consolida como una estructura de poder que permea los ámbitos económico, político, social, cultural y criminal.

Paradójicamente, en medio de esta crisis existieron manifestaciones sociales, culturales y artísticas que surgieron y sobrevivieron a pesar de la violencia: una pluralidad de formas de entender, enfrentar y resistir a la problemática social. Nacieron grupos juveniles, religiosos, sociales, deportivos, culturales y académicos; se desplegaron eventos que fomentaron lazos sociales y actividades que despertaron solidaridades; se generaron estrategias artísticas que permitieron disipar el miedo y enfrentar las fronteras invisibles; se creó la Consejería Presidencial para Medellín y su Área Metropolitana (1990), que posibilitó la articulación de las iniciativas comunitarias a la institucionalidad; entre otras acciones, individuales y colectivas, públicas y privadas, que se emprendieron en esta época y representaron la fuerza, dignidad y capacidad de la ciudad para sobreponerse al horror de la guerra.

Al comienzo de la época de los 90, Medellín alcanza su pico más alto de violencia, fue considerada la ciudad más violenta del mundo por alcanzar la cifra histórica de 6.809 homicidios en 1991. Paralelo a los altos índices de violencia, la ciudadanía vivió un despertar, reconociendo la tragedia social y generando espacios de encuentro y diálogo para reflexionar sobre los problemas del momento y las alternativas de futuro frente a la violencia y la desigualdad. Diversos sectores sociales, como organizaciones culturales y artísticas, entre otros, realizaron estos esfuerzos, conectándose entre sí o separadamente, para darle sustento y sostenibilidad a los esfuerzos institucionales y estatales, que buscaban soluciones a esa compleja situación que vivió Medellín.

Así, se construyó una red de trabajo que tuvo como objetivo mejorar la calidad de vida de los habitantes y ofrecer alternativas de futuro a los jóvenes. Con una importante participación comunitaria, la música, la danza, la literatura, las comparsas, el teatro, la pintura, la poesía, el grafiti, entre otras expresiones artísticas y culturales, se construyeron como símbolo de resistencia; una resistencia que persiste y que ha multiplicado sus manifestaciones y espacios generados para seguirle quitando los jóvenes a la guerra y a las drogas, ofreciéndoles posibilidades variadas y diversas en el arte, la cultura y los oficios.

Collective Impulse es un colectivo de personas, emprendimientos y organizaciones comprometidas con la transformación social en Colombia, que crea oportunidades para iniciativas comunitarias de construcción de paz con alto potencial de cambio, al conectarlas con recursos globales, para crear una nueva dinámica en los negocios sociales y la inversión de impacto sostenible.  Atrayendo múltiples recursos de inversión social y distribuyéndolos de manera efectiva, implementa múltiples programas de construcción de capacidad financiera. Collective Impulse, opera en la intersección del cambio social, la educación experiencial, la inversión de impacto y los negocios sociales.

Es así que, a partir de tres de sus proyectos comunitarios en la ciudad de Medellín, se pretende visibilizar el proceso de liderazgo que se ha gestado para fortalecer los proyectos de turismo comunitario, para aprender habilidades y destrezas para el trabajo colectivo, y para conocer iniciativas similares e intercambiar sus conocimientos y experiencias de aprendizaje con procesos que se estén o se hayan llevado a cabo en Ciudad de México, con el fin de enriquecer sus ideas, modelos de negocio, y ser fuente de inspiración para fortalecer sus empresas.

Objetivo:  

Identificar lecciones aprendidas de iniciativas socio-culturales y nuevos liderazgos que han aportado a la construcción de alternativas de futuro para los jóvenes en contextos de violencia urbana en Medellín y Ciudad de México, para contribuir al intercambio de experiencias y aprendizajes que puedan ser replicados en otros contextos urbanos.

Justificación:

En una ciudad que no suele mirarse a sí misma pero que le duele su pasado, reconocer que vivió una época de múltiples violencias, pero también de muchas iniciativas que hay que exaltar por su fuerza vital y por resistir a esas violencias, constituye una oportunidad para reflexionar sobre los aprendizajes de esas experiencias y sobre los nuevos liderazgos que no simplemente han aportado a la sostenibilidad de los proyectos, si no también a forjar nuevas perspectivas para los jóvenes que aún hoy, se encuentran en riesgo de reclutamiento por bandas criminales o de caer en ciclos de adicción a las drogas.

Medellín y Ciudad de México, presentan actualmente unas problemáticas de criminalidad y narcotráfico que requieren de acciones inmediatas por parte de la institucionalidad y de la sociedad en general, para que los y las jóvenes no sean los blancos directos de este accionar.

Es por ello que la revisión de las experiencias que en el pasado le ayudaron a Medellín a hacer frente a la situación de violencias que enfrentaba y a proponer alternativas de futuro a los jóvenes, se hace indispensable, pues estos aprendizajes nos permitirán identificar acciones que se puedan replicar en ambos territorios y reconocer los retos que se desprenden para seguir resistiendo y ofreciendo opciones de vida a los jóvenes, lejos del crimen y la adicción.

A partir de la experiencia de liderazgo de tres proyectos comunitarios y artísticos de la ciudad de Medellín: Corporación Mangle, Unión Latina y Son Batá  se propone explorar cómo los jóvenes encuentran inspiración en la danza, la capoeira y la música para replicar en sus territorios, acciones de transformación social y construcción de paz, los cuales serán socializados y compartidos con sus pares de Ciudad de México, para identificar similitudes, pero también posibilidades de intercambiar aprendizajes, que les permitan superar, en cada uno de sus entornos, las dificultades ligadas a la violencia y/o tráfico de drogas, que ponen en peligro a sus comunidades.

Reconocer en las experiencias ajenas, una posibilidad de cambio y de mejora de las condiciones locales, permite a los jóvenes superar ese temor de no-futuro y pensarse las alternativas de futuro y ejecutarlas.  Aquí es clave el esfuerzo conjunto de organizaciones comunitarias, de las instituciones estatales y del sector empresarial.

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